La noche de ayer, el Estadio GNP se convirtió en testigo del momento más grande en la carrera de Olivia Rodrigo. La joven estrella estadounidense congregó a casi 70 mil personas en su primer concierto en México, superando el récord de 50 mil asistentes que había logrado en Filipinas en octubre del año pasado.

El espectáculo comenzó con la participación de St. Vincent como telonera. La artista, conocida por su estilo vanguardista y experimental, calentó motores con temas como Big time nothing, Fear the future y Sugarboy, preparando al público para la actuación estelar de la noche.
Cuando las luces se apagaron, la emoción se disparó entre los fans. Olivia apareció en escena con Obsessed, una canción inédita exclusiva de su gira, para luego continuar con Ballad of a homeschooled girl y Vampire. El concierto estuvo estructurado en tres actos que mostraron la evolución musical de la artista a través de sus álbumes SOUR y GUTS.
Durante una hora y 40 minutos, la cantante no dejó de sorprender a sus seguidores con una energía contagiosa y momentos de gran emotividad. A pesar de algunas modificaciones de último momento, como la reducción del setlist y el corte de la pasarela, esto no impidió que Olivia se entregara por completo al público mexicano.

Uno de los momentos más esperados de la noche fue el famoso “mute challenge” durante la interpretación de Bad idea right?, donde los fans guardaron silencio en un punto específico de la canción para luego estallar en gritos. Este tipo de interacciones, conocidas como “fan projects”, demostraron la conexión especial entre la artista y sus seguidores.
El concierto alcanzó su punto máximo con éxitos como Jealousy, Jealousy, Brutal, All American Bitch y Good 4 U, temas que hicieron vibrar el estadio mientras miles de voces coreaban cada palabra. La entrega de los fans fue total, confirmando el gran cariño que México tiene por la artista estadounidense, quien todavía tiene una segunda fecha programada el día de hoy en el mismo recinto.