La tiroides y sus emociones | Salud2

De: Medline Plus (S/f).

Las enfermedades relacionadas con la tiroides mantienen un estrecho lazo con algunos padecimientos emocionales o psicológicos, ya que las hormonas generadas en este órgano poseen la facultad de potenciar o inhibir los sistemas de neurotransmisión de serotonina y noradrenalina. Pero, ¿qué significa eso en palabras sencillas?

Se le conoce como tiroides a la glándula situada en la parte central del cuello y que, según la medicina, tiene forma de mariposa. Y sí, es bastante relevante para el ser humano porque regula varias de sus funciones corporales y metabólicas, además de estar a cargo de la producción de dos hormonas: la triyodotironina (T3) y la tiroxina (T4). A su vez, dicha productividad está controlada por la hormona estimulante de la tiroides, también conocida como TSH, liberada por la glándula pituitaria que se ubica en la parte inferior del cerebro.

La triyodotironina, también conocida como T3, es una gran ayuda para el cuerpo a la hora de modular funciones como el metabolismo, el desarrollo y crecimiento de órganos, la frecuencia cardíaca , la temperatura corporal y, entre otras cosas, aumenta también el consumo y la necesidad de oxígeno y energía. Por su parte, la tiroxina o T4 es la reserva de la anterior y es considerada cuatro veces más potente. En caso de que la tiroides esté fallando en la producción de estas hormonas, el cuerpo podría sufrir de Hiper o Hipotiroidismo.

Estos dos trastornos manipulan el cuerpo humano resultando en diversas afectaciones:

El Hipertiroidismo se refiere a la producción excesiva de dichas hormonas, lo que puede provocar síntomas como ansiedad, agitación, sudoración excesiva, pérdida de peso, temblor en las manos, insomnio, nerviosismo, problemas de concentración, diarrea, cambios repentinos de humor, debilidad en los músculos e intolerancia a los cambios de temperatura, en especial al calor.
El Hipotiroidismo, por el contrario, es la insuficiencia en la producción de ambas hormonas, y sus síntomas oscilan entre la fatiga, estreñimiento, piel seca, somnolencia excesiva, habla lenta y problemas para recordar, hinchazón de ojos y cara, intolerancia a los cambios de temperatura, en especial al frío, aumento de peso, cabello y uñas quebradizas y, en muchas ocasiones, puede provocar también depresión.

Esta clase de trastornos son casi invisibles para muchas personas aunque son bastante comunes, en especial en el género femenino, y es más frecuente su diagnóstico a partir de los 20 años, sin embargo estos padecimientos pueden llegar a ser hereditarios. Aunado a esto el cuerpo puede presentar otras afectaciones, por ejemplo, el síndrome de ovario poliquístico (SOP), problemas cardíacos, infertilidad en mujeres, problemas de la vista, osteoporosis y problemas psicológicos.

Estos últimos llegan a ser desesperantes si es que la persona no se ha dado cuenta de que sufre algún trastorno tiroideo, pues aún con medicamento controlado como ansiolíticos o antidepresivos, las enfermedades no se van e impiden el desarrollo social óptimo del sujeto. Muchas veces los cambios de humor incontrolables y espontáneos causan demasiado malestar en las personas que los sufren y en quienes les rodean, y lo peor es no saber porqué suceden.

Los medicamentos para la salud mental suelen ser bastante fuertes y a tienen diversas reacciones que son difíciles de afrontar, éstas van desde la falta de concentración hasta los posibles pensamientos suicidas. Antes de iniciar un tratamiento psiquiátrico lo mejor sería acudir con un endocrinólogo y realizarte un perfil hormonal para saber si tu malestar no está ligado a una enfermedad tiroidea. De ser diagnosticada, será mucho más sencillo sobrellevar todo lo demás.

Fuentes de consulta:

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