En enero de 2010, un joven Justin Bieber de apenas 15 años lanzaba Baby, el primer sencillo de su álbum debut My World, que transformaría la música y las redes sociales para siempre. La canción, que contó con la colaboración del rapero Ludacris, se convirtió rápidamente en un fenómeno global y marcó el inicio de una de las carreras más exitosas del pop moderno.

El impacto de Baby en la cultura digital fue inigualable. Su video musical rompió múltiples récords en YouTube, convirtiéndose en el primero en alcanzar 500 millones de reproducciones y manteniendo durante años el título del video más visto en la plataforma. Este logro, incluso le valió un lugar en el libro de Récords Guinness en 2011, estableciendo un estándar para el éxito viral en la era tecnológica.

Comercialmente, este sencillo también rompió diferentes marcas. Con certificaciones de platino en múltiples países, incluyendo 12 veces platino en Estados Unidos, Baby alcanzó el número uno en varios mercados internacionales y se posicionó en el top 5 del Billboard Hot 100. La producción, a cargo de Christopher “Tricky” Stewart y The-Dream, creó una fórmula que posteriormente influiría en el sonido del pop que ahora conocemos.
A pesar de su éxito, esta no estuvo exenta de controversia: el video también se ganó el récord del mayor número de “no me gusta” en YouTube, superando los 11 millones antes de que la plataforma eliminara este contador el año pasado. Sin embargo, esta negatividad solo contribuyó a establecer su estatus como todo un fenómeno musical que definió la década de los 2010s.
Quince años después, Baby sigue siendo recordada como la canción que catapultó a Justin Bieber al estrellato global. El cantante, de 30 años, cuenta actualmente con más de 150 millones de discos vendidos y se encuentra en un descanso por el nacimiento de su hijo Jack Blues Bieber.