El 24 de julio se cumplen 5 años desde el estreno del octavo álbum de estudio de Taylor Swift.

En plena cuarentena mundial, Taylor Swift sorprendió a sus fanáticos con un anuncio que nadie vio venir: en menos de 24 horas lanzaría Folklore, un álbum completamente nuevo. Lo que parecía una decisión espontánea resultó ser una obra maestra que cambiaría para siempre la carrera de la cantante. A cinco años de ese momento histórico, te contamos algunos datos sobre este disco que probablemente no conocías.
Lo que más llama la atención es que todo el álbum fue creado desde casa durante el aislamiento por el COVID-19. Taylor grabó sus voces desde su estudio casero en Los Ángeles, colaborando virtualmente con productores como Aaron Dessner de The National y Jack Antonoff. Según la cantante, fue su forma de “escapar hacia la fantasía, la historia y los recuerdos” durante esos meses tan difíciles. Además, Folklore marcó un récord personal: solo 11 meses habían pasado desde Lover, el menor tiempo entre álbumes en toda su carrera.
El corazón narrativo del disco está en su famoso triángulo amoroso adolescente, formado por las canciones cardigan, august y betty. Cada una cuenta la misma historia desde perspectivas diferentes: Betty es la novia traicionada, James el chico que cometió el error, y Augustine la “otra chica”. Lo genial es que Taylor las organizó alfabéticamente (A, B, C) para mostrar el orden cronológico de los eventos, creando una mini-novela dentro del álbum.

La canción Invisible string esconde algunos de los “easter eggs” más tiernos del disco. La canción se basa en el mito asiático del Hilo Rojo del Destino y contiene referencias súper específicas a la relación de Taylor con el actor Joe Alwyn. Cuando canta sobre “verde azulado era el color de tu camiseta cuando tenías 16 años y trabajabas en la yogurtería”, se refiere a que meses antes Joe había confesado haber trabajado en una tienda de yogurt helado durante su adolescencia. Además en The last great american dynasty cuenta la historia real de Rebekah Harkness, la excéntrica anterior dueña de la mansión de Taylor en Rhode Island.
El cambio de estilo en este trabajo fue radical. Swift dejó atrás el pop brillante de sus álbumes anteriores para explorar el indie folk, rock alternativo y electro-folk. Incluso se involucró en nuevos procesos creativos, para el video de Cardigan, ella escribió, dirigió y se encargó de su propio maquillaje, peinado y styling.
El impacto de Folklore fue inmediato y sigue marcado en los fanáticos de la artista. Se convirtió en el primer disco en vender un millón de copias en Estados Unidos ese año y le dio a Taylor su tercer Grammy al Álbum del Año, convirtiéndola en la primera artista solista en lograr esta hazaña tres veces. Cinco años después, este álbum sigue siendo considerado uno de sus trabajos más maduros y artísticamente ambiciosos, demostrando que a veces las mejores obras nacen en los momentos más inesperados.